Las cicatrices de acné son marcas permanentes en la piel que aparecen tras procesos inflamatorios de acné no tratados adecuadamente o de forma severa. Se originan cuando la inflamación daña las capas profundas de la dermis y la reparación natural de la piel no es suficiente, produciendo hundimientos (cicatrices atróficas), relieves (hipertróficas) o cambios en la pigmentación. Factores como la manipulación de granos, la predisposición genética y la intensidad del brote influyen en su formación.
Si bien no representan un riesgo para la salud, sí impactan en la apariencia y autoestima.
Existen diversos tratamientos estéticos que mejoran notablemente su aspecto:
