La adiposidad localizada es la acumulación excesiva de grasa en zonas específicas del cuerpo, como abdomen, muslos, caderas, glúteos o brazos. A diferencia del sobrepeso generalizado, no siempre se relaciona con un exceso de peso global, sino con una predisposición genética, cambios hormonales, estilo de vida sedentario o hábitos alimentarios. También influye el metabolismo de cada persona, que tiende a acumular lípidos en determinadas áreas resistentes a dieta y ejercicio. Aunque no representa una enfermedad, suele generar incomodidad estética y es uno de los principales motivos de consulta. Para tratarla se aplican tratamientos reductores y remodeladores corporales:
