Este tratamiento activa mecanismos biológicos vinculados con la regeneración celular y el cuidado de la piel.
Al elevar los niveles de oxígeno, la terapia estimula la producción de colágeno y elastina, esenciales para mejorar la firmeza, elasticidad y luminosidad cutánea. Además, promueve la formación de nuevas células madre, favorece la cicatrización, mejora la circulación y ayuda a eliminar impurezas. A nivel celular, puede retrasar procesos de envejecimiento al proteger los telómeros y disminuir la acumulación de células senescentes.
Se utiliza para tratar arrugas finas, pérdida de firmeza, envejecimiento prematuro y alteraciones en la textura de la piel. Sus beneficios son acumulativos, por lo que se recomienda un plan de varias sesiones para lograr resultados visibles y duraderos.